La corona noruega se perfila, junto con el dólar australiano como las monedas más sólidas de 2009.
Las economías de Noruega y Australia han venido mostrando signos de incomparable fortaleza. En primer lugar, Noruega consiguió entre abril y junio de 2009, un crecimiento intertrimestral del 0,3%, con lo que cortó la secuencia de dos trimestres consecutivos de contracción. Por otra parte el mercado laboral del país del norte se muestra prácticamente indemne a la crisis. La tasa de paro apenas ha repuntado del 2,1 al 2,7%, con un máximo del 3%, desde el verano de 2007.
Como en el caso australiano, el escenario noruego está muy determinado por el repunte de las materias primas. Si Australia está especialmente vinculada con el oro, Noruega liga sus pasos a los del petróleo. Es el sexto mayor exportador de crudo del mundo -con una producción diaria que ronda los 2 millones de barriles-, de ahí que el encarecimiento del crudo, superior al 70% en lo que va de año, ejerza un extraordinario impacto en la evolución de la economía del país europeo.
Esta sólida economía posibilitó que el Banco Central de Noruega (Norges Bank), avance y eleve los tipos de interés un cuarto de punto la semana pasada. De este modo el precio del dinero se sitúa en el 1,5%.
Las previsiones contemplan un incremento más en la reunión de mediados de diciembre, que dejaría el precio del dinero en el 1,75%. Y la secuencia continuaría en 2010, año en el que los tipos podrían llegar hasta el 3%.
Tanto la subida ya adoptada como las que se esperan en el futuro están calentando el valor de la corona noruega. La divisa del país escandinavo se revalorizó en lo que va del año un 14% frente al euro.
Lejos de haber agotado su recorrido alcista, la fortaleza de la corona noruega en 2009 puede prolongarse durante los próximos ejercicios. Los analistas esperan que, por ejemplo, el cambio frente al euro se sitúe en las ocho coronas por euro a finales de 2010, casi un 5% más alto que ahora, y por debajo de las ocho unidades a partir de 2011.