Tasa a las Transacciones Financieras

El objetivo de esta tasa es tratar de frenar las operaciones más especulativas y hacer que la banca asuma parte de los costes de la crisis.Según la propuesta de la Comisión, la tasa gravaría con un tipo del 0,1% las compraventas de acciones y bonos y con un tipo del 0,01% las de derivados

El nuevo impuesto generaría unos ingresos de 55.000 millones de euros al año, y la Comisión quiere dedicar una parte a financiar el presupuesto de la UE.
Los países que se oponen alegan que se trata de una iniciativa ineficaz y que además provocará la deslocalización de la industria bancaria fuera de la UE.

Ahora, lo que se ha dado a conocer es que por parte de la Comisión Europea la cual ha propuesto autorizar formalmente a España y otros nueve países a crear en solitario -dado que el resto de Estados miembros no quieren participar- una tasa a las transacciones financieras internacionales.

En el caso de Bruselas, es quien sostiene que se dan todas las «condiciones jurídicas» para lanzar esta cooperación reforzada y que esta iniciativa tendrá «ventajas inmediatas y concretas» para los participantes pero también mejorará el funcionamiento del mercado único en toda la UE.

Lo que ha dicho el presidente del Ejecutivo comunitario, José Manuel Durao Barroso es lo siguiente…»Esta tasa permitirá generar miles de millones de euros de ingresos, que los Estados miembros necesitan mucho en estos tiempos difíciles. Se trata de una cuestión de equidad: debemos garantizar que los costes de la crisis sean asumidos en parte por el sector financiero, y no sólo por los ciudadanos«.

Debemos destacar que además de España, los países que han comunicado oficialmente a Bruselas que participan en el proyecto son Alemania, Francia, Austria, Bélgica, Portugal, Eslovenia, Grecia, Italia y Eslovaquia. Para iniciar una cooperación reforzada se necesita un mínimo de 9 Estados miembros. Estonia ha anunciado que también tiene previsto sumarse.

El gravamen a estas operaciones contribuiría a reducir las especulaciones financieras y estabilizar los mercados, argumentan los defensores de la idea impulsada sobre todo por Francia y Alemania. Además el sector financiero terminará de alguna manera pagando -aunque mínimamente- por las convulsiones que provocó en la economía mundial.

Para que el plan, inspirado en una idea del Nobel de economía James Tobin, saliera adelante «en un grupo reducido» se necesitaba al menos la aprobación de nueve países europeos.

Además no es dato menor destacar que el ejecutivo comunitario señaló que si esta tasa fuera utilizada en el conjunto de la UE se podría alcanzar una recaudación de hasta 57.000 millones de euros. Pero al ser aplicada en diez, la recaudación «superará los 10.000 millones de euros», según estimó el presidente francés Francois Hollande.

Pero hay países que han rechazado de plano la idea, entre ellos Reino Unido, país que alberga la principal plaza financiera europea y donde se realizan las tres cuarta partes de las transacciones financieras del continente.

Teniendo en cuenta que la medida generó tanto adhesión como rechazo: unos la ven como una solución para frenar el apetito de los tiburones financieros y otros creen que sólo una aplicación global garantizaría su éxito.

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