¿Cambios en la Eurozona?

En un momento en el que hay un debate abierto acerca de la posibilidad de que algún país deba salir de la eurozona para que la divisa comunitaria no sea un lastre para la recuperación de su crisis económica, países como Dinamarca y Gran Bretaña retoman la idea de entrar en la Unión Monetaria para capear el temporal financiero.

Vamos por partes: el euro está recortando la posibilidad de acción de diversos países para su recuperación, ante la imposibilidad que dichos estados puedan realizar devaluaciones individuales que permitan aumentar la competitividad de sus exportaciones, reestructurando de esta manera sus mercados laborales para poder salir adelante de las crisis que los acosan. El euro, de alguna manera, está actuando como un corsé que limita, y mucho, a los estados miembros.

Se pueden nombrar a países como Irlanda, Italia, Grecia o la misma España como los que pueden solicitar salir de la Eurozona. Sin embargo, no todos piensan lo mismo.

Francia y Alemania, las locomotoras europeas, quedarían dentro de la zona, al igual que el resto de los países que la integran. Pero podría haber más novedades.

Los gobiernos de Dinamarca y Reino Unido, con galopantes crisis financieras a cuesta y con un pasado que rechazó la moneda única, han manifestado de una u otra manera la intención de asociarse a la Zona del Euro.

Detrás de estos movimientos se encuentra la problemática de la deuda soberana. En la incorporación de Dinamarca o Reino Unido en el euro puede estar la intención de cuidarse contra futuros incrementos de la rentabilidad de la deuda pública que deberán afrontar todos los Gobiernos en sus planes de rescates financieros. Ni siquiera tener el dólar o el euro asegura a un país poder colocar bonos del Estado a un precio asumible por las arcas públicas, pero ayudará si explota lo que ya algunos analistas califican como la nueva «burbuja de la deuda».

En fin, parece que la eurozona sufrirá cambios en un futuro no muy lejano.

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