El ministro de Economía, Luis de Guindos, es quien actualmente confía en que el desplome de la actividad se haya estabilizado después del verano.
Si nosotros prestamos atención y lo traducimos a números nos podemos encontrar con que la caída del Producto Interior Bruto del tercer trimestre respecto al segundo podría estar en torno al 0,4%, la misma tasa de deterioro que experimentó entre abril y junio con relación a los primeros meses del año. El 30 de octubre proporcionará el Instituto Nacional de Estadística un primer avance de estos datos.
De Guindos, que acaba de asistir a la asamblea del Fondo Monetario Internacional, reconoce haber vuelto de esa cita con un sentimiento agridulce. La desaceleración de la economía mundial es un hecho. Si bien debemos tener en cuenta que es un mal dato, pero acota al mismo tiempo el riesgo de Europa, que ya no supone el 100% de la inquietud internacional, dijo. En cuanto a España, el ministro destacó «cierta estabilización» en el periodo de recesión que atraviesa, en contraste con el agravamiento que está ocurriendo en otros socios comunitarios y en el mundo desarrollado y emergente.
Por otra parte debemos destacar lo que mucha cantidad de personas se preguntan…
Tengamos en cuenta queel hecho de que la economía no haya sufrido un deterioro adicional no significa ni mucho menos que se haya comenzado la recuperación: el ministro dejó entrever que la caída del PIB ha sido similar a la sufrida entre julio y septiembre, del 0,4% intertrimestral.
Sobre la reunión del FMI, lo que se destacó fue algunos aspectos que se consideraron positivos, como el hecho de que los bancos centrales hayan inyectado liquidez en el sistema. Destacó además que Europa ya no es el gran punto negro de la economía mundial, sino que empieza a compartir problemas con otros regiones, como Asia -en China se detecta una desaceleración del crecimiento-, o Estados Unidos, donde los problemas fiscales comienzan a ser un importante foco de preocupación.
Destaquemos «Aunar esfuerzos»