En recientes reuniones y cumbres internacionales, tanto el Fondo Monetario Internacional, como la UE, han sugerido y solicitado a China que efectúe una apreciación del yuan «gradual y ordenada».
Sin embargo el primer ministro chino no está de acuerdo con esta propuesta y en consecuencia, salió a defender la política monetaria del gigante asiático. Según las declaraciones efectuadas, la estabilidad de la divisa china resulta fundamental y crítica para la estabilidad económica del país.
Es evidente que si China comienza con la apreciación de su moneda, los exportadores serían los primeros en sufrir las consecuencias, al ver menoscabada su competitividad internacional. La penetración de los productos chinos en el mercado internacional, sin duda tiene un fuerte componente basado sus precios bajos sustentados por su política monetaria.
Sin duda, en un contexto internacional tan complejo como el actual, China rehúsa cambiar su política monetaria y con ello su competitividad a nivel internacional.
Sin embargo, las presiones ejercidas por Estados Unidos y Europa cobran importancia y peso, ya que requieren un reajuste del valor de la moneda china, más adecuado a la situación actual.
El resultado de esta disputa está lejos de resolverse, sin embargo, corresponderá estar atento a las tendencias y a la resolución de este conflicto.