Parece que las cosas empiezan a funcionar, y desde el BCE anuncian que el primer mes de compra de deuda, y del programa QE todo ha ido bien y se han cumplido los objetivos. El dólar sigue fuerte y parece que los tipos no subirán hasta después de verano, y con suerte. El euro débil, ayuda al crecimiento de los países y también a las exportaciones entre otras cosas.
Para empezar la semana, el dólar se apreció ante el euro y tuvo un comportamiento diferente frente a las otras divisas. La jornada terminó con pérdidas, y sin noticias y variaciones importantes. Al terminar el día, un dólar se cambiaba a 0,9462 euros, y por un euro se pagaban 1,0569 dólares.
El dólar ganó ante el dólar canadiense y el peso mexicano, pero no hizo lo mismo ante el yen, con un cambio de 120,12 yenes por dólar, al igual que ante la libra esterlina y el franco suizo. En general destacamos una sesión variada, con ganancias y pérdidas al final, pocas operaciones y esperando a resultados empresariales.
En el segundo día de la semana, el dólar perdió una vez más ante el euro y otras divisas más importantes. Esto fue una reacción a unos datos peores de lo que esperaban, en relación a las ventas minoristas en Estados Unidos.
Para terminar el día, un dólar se cambiaba a 0,9385 euros, y por un euro se pagaban 1,0656 dólares. El dólar se depreció ante el yen, con un cambio de 119,39 yenes por dólar. También lo hizo ante la libra esterlina, el franco suizo, el dólar canadiense y el peso mexicano.
En un principio, desde EEUU habían anunciado un crecimiento de las ventas minoristas en torno a un 1,1%, pero finalmente este dato solo ha llegado al 0,9%. Con datos no tan buenos, es posible que la subida de tipos se retrase aún más de lo esperado. El dólar sigue fuerte, y cada día que pasa queda menos para llegar a la paridad euro/dólar.