Desde que se rompiera el acuerdo de Bretton Woods, el mercado de divisas ha sido uno de los que más ha evolucionado. Antes de esto, su función era la de cambiar divisa por motivos de compras o de viajes, pero tras la liberalización de los mercados, el mercado de divisas se ha separado de estos fines, y se ha convertido en un mercado donde más del 90% de las operaciones son con motivo de la especulación y de la obtención de beneficio.
Dada la internacionalización de los mismos, todos los mercados financieros están conectados entre sí, y debido a las relaciones de todos los países, es necesario tener operaciones en todos ellos y alguna relación. Por ejemplo los organismos internacionales, como el FMI, el Fondo Monetario Internacional.
Este tiene divisas, de las principales monedas, y actualmente se pregunta si debería o no adquirir divisa de la moneda japonesa como parte de las reservas. Actualmente, estas reservas están formadas por dólar, euro, libra y yen. Una revisión que se espera para final de este mes.
Special Drawing Right (SDR), son las siglas en inglés que corresponden a Derechos especiales de Giro. Algo así como una cartera de monedas, que se puede utilizar por parte de los miembros del FMI, pero que no es aceptada para transacciones. Una unidad de contabilidad artificial, que supone una parte muy baja de las reservas de divisas mundiales. Cada 5 años, se revisa tanto las divisas que se incluyen como el porcentaje de las mismas. Desde 1990, el DEG no ha cambiado de monedas.
Añadir el yuan a la cesta, sería como el visto bueno del FMI hacia una divisa. Aunque esta no podría rivalizar con el dólar. El valor del DEG es algo más de 300 mil millones de dólares, un 2,5% de las reservas mundiales. Es bastante raro que los países hagan pagos en DEG y además el yuan sería una pequeña parte.
Que el yuan sea propuesto para el DEG es sorprendente, ya que el Banco Popular de China (BPC) tiene influencia en la determinación de su valor y el yuan no es de libre convertibilidad. China limita la cantidad de dinero que sus ciudadanos pueden enviar en el extranjero y que los extranjeros pueden traer. Pero la convertibilidad no es un requisito previo para el DEG. Como el personal del FMI explicó en un informe en agosto, sólo hay dos criterios: el país emisor debe ser un gran exportador y su moneda ampliamente utilizada.
China, el mayor exportador del mundo desde 2009, obviamente satisface el primer criterio. El segundo, sin embargo, no está del todo claro. El yuan no es tan ampliamente utilizado como las otras monedas de DEG. En 2014 ocupó el séptimo lugar en las reservas oficiales de los países, octavo en la emisión internacional de bonos y la undécima en el comercio de divisas global. Sin embargo, su trayectoria es impresionante: SWIFT, un sistema de transferencia global, calcula que ha pasado de la posición 20 como moneda más utilizada en el 2012, a la posición 5 a día de hoy.
El Banco Popular de China ha sido el mayor defensor de la reforma financiera en China, y con lo que el yuan en el DEG reforzaría su autoridad y estimular su crecimiento. En los últimos tres meses, para preparar el yuan para el DEG, el Banco Popular de China ha abierto el mercado de bonos de China a los bancos centrales extranjeros y ha cambiado la forma en que el yuan se gestionaba, dando al mercado mayor influencia.
Fuente datos: the economist