La economía irlandesa ha vuelto a cobrar protagonismo en los mercados de divisas después de que su banco central revisara a la baja sus previsiones de crecimiento para 2010, situando el incremento del PIB en el 0,2%, 0,6 puntos porcentuales menos que sus estimaciones de junio. De este modo, han quedado en un segundo plano los temores de que la Reserva Federal estadounidense flexibilice su política monetaria con nuevas medidas de estímulo.
Además, los especuladores han recortado posiciones largas en la moneda única después de que tocara máximos de seis meses y medio por encima de 1,38 dólares.
Debido a esto la divisa europea ha sido incapaz de mantener los avances obtenidos por el compromiso de China de apoyar un euro estable y no reducir sus reservas de bonos europeos.
La moneda de EEUU, por su parte, se vuelve a acercar a los mínimos de 15 años frente al yen, por lo que se avivan las expectativas de una nueva intervención del Gobierno nipón para debilitar a su divisa.
Lo que hará temblar los cimientos del Euro va a ser cuando a las cajas de ahorros españolas les pase lo mismo que al Anglo Irish Bank.