La República Checa es uno de los pocos países europeos que no tienen el euro como moneda. Su moneda oficial es la corona checa. A pesar de que el euro se acepta en muchos establecimientos checos, el cambio que te ofrecen (que lo dan ellos), no suele ser muy beneficioso. Lo más recomendable, si no se sabe lo que se va a gastar, es cambiar una pequeña parte en el banco. En caso de necesitar más, dirigirse a una de las casas de cambio checas. Pagar en coronas checas es la mejor opción.
República Checa es un país pequeño y tres días serán más que suficientes para visitar su capital, Praga. Esta ciudad está llena de turistas por todas partes y todos los monumentos más importantes están muy cerca unos de otros. De ahí el poco tiempo que se necesita para visitarla.
La mayoría de los restaurantes de la zona centro están orientados al turismo, como decíamos, en la mayoría se permite el pago en euros o en coronas checas, la moneda oficial del país. Sin embargo, es conveniente llevar moneda checa ya que sale mucho más económico. En el banco, es posible conseguir una tasa de cambio de 26 CZK por cada euro.
Por 1 euro (EUR) corresponden 26 coronas checas (CZK)
1Kč = 100 haléřů (centavos), es la denominación que utilizan en la República Checa en las etiquetas de precios. Sin embargo, los precios se redondean. Por ejemplo, en el precio 399 coronas y 75 centavos se pagarán 300 coronas. En el precio 159 coronas y 20 centavos se pagarán 159 coronas.
El cambio con euro y con otras monedas podrás ver en las páginas del Banco Nacional Checo o del Banco Central Europeo. Es importante recordar que al pagar en euros, las vueltas serán en coronas checas.
Pagar en coronas checas
Llegada al aeropuerto y desplazamientos
Al llegar al aeropuerto, lo primero que hay es una casa de cambio. Para poder salir del aeropuerto será necesario hacerlo en autobús o en taxi. En este momento, ya es necesario pagar con moneda checa. La forma más fácil y económica de llegar al centro es en autobús y metro. El transporte público de Praga es muy rápido y sencillo (solo hay tres líneas de metro) y varios tranvías unen el centro con todas las demás zonas de la ciudad.
Al coger los billetes de autobús, se podrá pagar en euros o en coronas checas, pero, si se hace el cambio, pagar en la moneda local resulta más económico. Sin embargo, todo depende de nuestro cambio. Hacer el cambio en el banco es la mejor opción. Las casas de cambio del centro tienen un cambio bastante peor.
En el aeropuerto nunca se debe cambiar moneda, a no ser que sea estrictamente necesario. Por ejemplo, la moneda de algunos países asiáticos, como Jordania, no se puede conseguir en los bancos europeos. En este caso, será necesario cambiar lo que corresponda al visado en el aeropuerto. Pero volvamos a Praga.
El precio de los billetes varía en función del tiempo que dure el recorrido, pudiendo coger un billete con validez de 30 minutos (24 coronas checas) o uno de 90 minutos (36 coronas checas). Este billete puede usarse durante todo ese tiempo las veces que se necesite y en todos los transportes (autobús, metro, tranvía).
Monumentos turísticos y compras
Igual que ocurre en los traslados, es recomendable pagar las entradas y compras en coronas checas. De nuevo, los establecimientos dan el cambio a euros y suelen redondear en su beneficio. Las casas de cambio del centro, como las de la plaza de Wenceslao, son la mejor opción. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el tipo de cambio varía de una a otra (y mucho). No es conveniente cambiar en la primera que se encuentre.
Aprovechando que el primer día se lleva moneda checa, se pueden ojear las casas de cambio. Se pueden encontrar grandes diferencias de unas a otras.
A la hora de hacer compras, hay que tener mucho cuidado con los puestos de comida de la calle, y con las suma total de la factura. Por norma general, suelen redondear los precios y, en muchas ocasiones, no devuelven en cambio. Los puestos de la calle no dan ticket, es conveniente sumar previamente lo que se tiene que pagar.
Por otro lado, muchos establecimientos tampoco acostumbran a dar el ticket y pueden tener ‘errores’ en la suma. Hay que pedir siempre las facturas y tickets, por si acaso.
Por último, en los restaurantes y bares en los que se ha obtenido un buen servicio se suele dejar algo de propina. Muchas veces se incluye en la factura pero no es lo habitual. El usuario determinará la cantidad de propina. Lo aconsejable es dejar el 10% de la cuenta.
Lo más caro de un viaje a Praga es el alojamiento. Aunque los precios son relativamente más altos que en España, el cambio de moneda nos favorece por lo que se compensa esa variación. Sin embargo, es posible comer por el centro de la capital por unos 10 euros el menú completo. Esta ciudad se caracteriza por ser una ciudad joven y receptora de estudiantes de otros países. Gracias a esto se pueden encontrar multitud de bares en los que cenar y tomarse una cerveza no afectará mucho al bolsillo.