El Banco Central Europeo (BCE) invirtió durante la última semana un total de 4.478 millones de euros en la adquisición de deuda soberana de los países de la eurozona, frente a los 9.520 millones invertidos en los siete días anteriores, según anunció este lunes la entidad presidida por el italiano Mario Draghi.
Sin embargo, los datos ofrecidos por el BCE no revelan el volumen de las intervenciones de la entidad en los últimos días de la semana pasada, que coincidieron con un marcado alivio de las primas de riesgo de Italia y España, que los operadores de mercado atribuyeron a compras agresivas de deuda por parte del BCE.
Con esta, ya son catorce las semanas consecutivas que el BCE interviene en los mercados secundarios de deuda desde que el pasado mes de agosto anunciara la reactivación de sus compras de deuda pública de países de la zona euro, que asciende ya a 187.000 millones desde el lanzamiento del programa en mayo de 2010, de los que el 61,3% se han realizado desde el pasado 8 de agosto.
De este modo, el BCE celebrará una operación de drenaje de liquidez para neutralizar el impacto en los mercados de estas compras, para lo que ofrecerá depósitos a una semana al 1,25% a las entidades de la eurozona.
De esta manera, la entidad presidida hasta el 31 de octubre del corriente año por Jean-Claude Trichet dio inicio al nuevo programa de compra de bonos destinado esta vez a socorrer a países como España e Italia, incendiados por la escalada de la prima de riesgo. Y en la última semana ha habido buenas noticias. El BCE ha reducido la necesidad de adquisición a menos de 10.000 millones, lo que supone la segunda mejor cifra desde que empezó este programa.
Según los datos comunicados por el emisor, en la semana que se inició el día 12 de septiembre compró bonos por valor de 9.790 millones, una cifra muy inferior a los 14.000 millones invertidos la semana anterior. El mínimo, sin embargo, está en los 6.650 millones desembolsados en la última semana completa de agosto. En todo caso, los menos de 10.000 millones actuales están muy lejos de los 22.000 millones que se gastó la primera semana en la que se estrenó este plan.
El programa de compra ampliado para hacer frente a los problemas de España e Italia ha generado controversia en toda Europa por la oposición meridiana de Alemania. La tensión ha llegado hasta el punto de provocar la dimisión del economista jefe del BCE, Juergen Stark.
En general, los ánimos germanos estaban ya caldeados por su oposición a la compra de bonos de los países con problemas, que el BCE inició en mayo de 2010 para socorrer a Grecia, Irlanda y Portugal. Pero se ha recrudecido cuando se ha incluido en la lista a España y Portugal, a mediados de agosto.
Desde mayo del año pasado, el BCE ha comprado deuda pública en el mercado secundario por valor de 152.500 millones. Para calmar algo el ambiente y evitar que suba la inflación, el banco emisor retirará del mercado mañana durante una semana esta cantidad en una subasta a tipo variable en la que ofrecerá a los bancos comerciales un interés máximo del 1,5%.