Si hay algo que durante décadas ha sido casi un dogma en los mercados, es la relación entre el dólar y el petróleo. Normalmente, cuando el dólar subía, el precio del crudo bajaba, y cuando el billete verde se debilitaba, el oro negro se encarecía. Pero las reglas están cambiando. En los últimos años, la dinámica ha dado un giro inesperado, y la antigua correlación negativa ya no es tan clara.

Por qué el dólar y el petróleo siempre han ido en direcciones opuestas
Hasta hace poco, la relación entre el dólar y el petróleo tenía una lógica aplastante. Como el petróleo se comercia en dólares a nivel global, cualquier subida del billete verde encarecía el crudo para los países que usan otras divisas. Resultado: menos demanda y precios más bajos. Al revés, cuando el dólar perdía valor, el petróleo se volvía más barato para el resto del mundo, lo que solía impulsar la demanda y subir los precios.
Esta dinámica se mantuvo durante años, reforzada por la hegemonía del dólar y el control que ciertos países productores tenían sobre la oferta de petróleo. Pero, en los últimos tiempos, algo ha cambiado.
¿Por qué ahora suben o bajan juntos?
Si últimamente has visto que el dólar y el petróleo se mueven en la misma dirección, no estás solo. Desde 2021, esta correlación inversa ha perdido fuerza y, en ciertos momentos, ambos activos han subido o bajado al mismo tiempo. ¿Qué ha pasado?
- Estados Unidos, de importador a exportador de petróleo. Durante años, EE.UU. dependía de las importaciones de crudo, pero con el auge del fracking y el aumento de producción, ahora exporta más petróleo que nunca. Esto hace que un dólar fuerte ya no signifique automáticamente menos demanda de crudo.
- Factores geopolíticos. Las sanciones a Rusia y los conflictos en Oriente Medio han reducido la oferta global de petróleo, lo que ha impulsado los precios. A la vez, el dólar ha ganado fuerza como refugio en tiempos de incertidumbre.
- Los bancos centrales mueven ficha. Las políticas de tipos de interés de la Reserva Federal han provocado fluctuaciones en el dólar, pero a la vez han influido en la inversión en materias primas como el petróleo.
Antes, todo era más predecible: dólar arriba, petróleo abajo. Ahora, el mercado tiene más matices y cada vez es más difícil anticipar qué pasará.
¿Qué significa este cambio para la economía y los inversores?
Este cambio en la relación entre el dólar y el petróleo no es solo una curiosidad de los mercados. Tiene implicaciones reales en la economía global.
Significa más volatilidad. Con una correlación menos clara, los mercados se vuelven más impredecibles. Ya no basta con asumir que si el dólar sube, el crudo bajará.
Esto provoca un impacto en los países dependientes del petróleo. Los exportadores de crudo, como los países del Golfo o Rusia, tienen que replantearse sus estrategias económicas si la relación entre el dólar y el petróleo sigue cambiando.
Las decisiones de inversión se complican. Los inversores que basaban sus estrategias en la correlación histórica ahora necesitan nuevas herramientas para predecir el comportamiento del mercado.
Lo que antes parecía una regla de oro en los mercados está dejando de serlo. La relación entre el dólar y el petróleo está evolucionando, y eso obliga a gobiernos, inversores y economistas a mirar más allá de los patrones tradicionales.