Cuando nos disponemos a seleccionar un nuevo instrumento de inversión para incluir en nuestra cartera, es importante que conozcamos todos los factores que pueden influir en él. Con esto no nos referimos las comisiones o períodos de duración, sino a otros que se pueden olvidar fácilmente y que pueden influir a la hora de la venta.
En este caso, hablamos del riesgo de cambio o riesgo de las divisas. Cuando volvemos de un viaje, en el que hemos utilizado una divida diferente a la nuestra, nos disponemos a cambiar de nuevo el dinero por euros. Si tenemos pensado viajar de nuevo, durante los próximos meses, o si es poco dinero, lo más conveniente es no cambiarlo, pues nos arriesgamos a que estos hayan perdido valor debido al riesgo de cambio.
Esto mismo ocurre con otros instrumentos financieros que están en moneda extranjera, recordando que nuestra ganancia o pérdida no dependerá solo de la evolución del activo en sí, sino del tipo de cambio. Pongamos un ejemplo sencillo.
Por motivos de inversión, decidimos comprar una casa en EEUU, la cual supone un desembolso de 500.000 dólares. Al igual que si comprásemos un inmueble en España, nos dirigimos al banco, pero esta vez para poder cambiar nuestros euros a dólares y poder realizar la compra.
Para entenderlo, mejor un ejemplo
Un español decide comprar una casa en Nueva York, que cuesta en el día de la compra 500.000 dólares. El inversor va a a su oficina bancaria habitual y pide que le cambien sus euros por dólares. Desde allí le informan que el cambio entre el euro y el dólar está a 1,13 dólares por euro, por lo que el banquero le dará 500.000 dólares a cambio de 442.477,87 euros menos la comisión por el cambio de divisa.
El inversor cree poder sacarle un rendimiento del 5% a la casa dentro de algunos años, porque el mercado inmobiliario está al alza. Pasado este tiempo, decide vender el inmueble, ya que este se ha revalorizado un 5%. Pone la casa a la venta por 525.000 dólares y la vende en pocos días. Como vemos obtiene una ganancia de 25.000 dólares.
Con este dinero, vuelve nuevamente al banco, a cambiar dólares por euros en esta ocasión. El tipo de cambio euro y dólar está en 1,5 dólares por euro, recibiendo así 350.000 dólares (no olvidemos las comisiones). Con esto observamos que el 5% de ganancia, se ha convertido en pérdida, ya que a recibido mucho menos de lo que invirtió inicialmente. Por supuesto, no debemos olvidar que aunque en este caso lo hemos realizado con pérdida, también puede suponer una ganancia extra.
Este mismo caso, se puede aplicar a todos los instrumentos de inversión, teniendo que tener mucho cuidado con aquellos que adquirimos en otras divisas, las más comunes dólares y yenes. Por supuesto el riesgo de cambio será más alto, si lo movemos por varias divisas. Muchos brokers e inversores habituales, están especializados en inversiones en otras divisas, pudiendo así llevarse un beneficio extra (o pérdida).
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