Variables fundamentales que deberían regir la evolución del tipo de cambio


El diferencial de inflación

Las monedas de los países con inflaciones altas tenderían a depreciarse, al menos en el largo plazo. Esa depreciación impediría que el diferencial de inflación se tradujese en una pérdida de competitividad internacional de sus productos. La paridad de poder de compra, habitual en los modelos que estudian el largo plazo, como el modelo monetario, sustenta dicho razonamiento.

El diferencial de tasas de crecimiento de la producción real

Las monedas de los países con bajas tasas de crecimiento tenderían a depreciarse. De nuevo un modelo monetario típico puede justificar una aseveración como la anterior.

El diferencial de tipos de interés

Ceteris paribus, bajos tipos de interés provocarán una salida de capitales atraídos por los títulos de deuda extranjeros, lo que tenderá a depreciar la moneda doméstica.

El déficit por cuenta corriente de la balanza de pagos

En este caso, la relación teórica es más ambigua, y depende de la causa de ese déficit.
Pero, en general, un déficit corriente considerable tiende a provocar una depreciación que lo palie.
Para que la pérdida de valor experimentada por el euro resulte comprensible desde las variables fundamentales deberíamos observar en la zona del euro:

• Una inflación más alta que en Estados Unidos.
• Un crecimiento de la producción menor.
• Unos tipos de interés más bajos.
• Un déficit por cuenta corriente considerable.

Sin embargo, los tipos de cambio son precios que no sólo dependen de las variables fundamentales actuales, también lo hacen de las que los agentes esperan en el futuro. Es decir, las expectativas sobre inflación, crecimiento, tipos de interés y déficit corrientes en Europa y Estados Unidos.
Si las variables fundamentales presentes y las futuras no justifican el comportamiento del euro, estaríamos ante una burbuja especulativa favorable al dólar.

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